lunes, mayo 27, 2013

El cuento de la semana

Los tres cerditos



A continuación os dejamos en nuestros cuentos infantiles, el cuento de los tres cerditos que nos enseñara lo importante que es esforzarse para conseguir las cosas.

Habia una vez tres cerditos que vivian alegremente con sus papas en medio del bosque. Los tres cerditos se hicieron mayores y una noche mientras cenaban el mayor de todos propuso que se hiciesen ellos mismo su propia casa, a todos les parecio buena idea y al día siguiente se despidieron de sus papas y se fueron en busca de su nuevo hogar. El primer cerdito el mas perezoso de todos decidio hacer su casa de paja, en poco mas de una hora la tenía terminada, se puso a jugar y despues se echo a dormir.

El segundo cerdito era un glotón, se pasaba la mayor parte del día comiendo decidio hacerse una cabaña de madera, penso en una mañana la tendre terminada y podre comer y despues estar toda la tarde dormido.
El tercer cerdito el mas trabajador de todos opto por construirse una casa de ladrillos y cemento, sabía que iba a tardar más en construirla pero no le importaba porque se sentiria mas protegido. Mientras el cerdito trabajaba contruyendo su casa los otros dos cerditos, jugaban, dormian y cantaban felices  ¡Quién teme al Lobo Feroz, al Lobo, al Lobo! – ¡Quién teme al Lobo Feroz, al Lobo Feroz! porque pensaban que estaban a salvo del lobo ya que habian terminado sus casas. A la semana el cerdito mayor termino su casa le quedo preciosa con chimenea y todo.



Ya se podian oir los aullidos del lobo en el bosque. El lobo estaba hambriento y no tardo mucho en acercarse a la primera casa, toco a la puerta y aullo – ¡abreme la puerta, abreme la puerta! -no no te voy abrir le constesto el cerdito – pues si no me abres…¡Soplaré y soplaré y la casita derribaré! Y sopló con todas sus fuerzas, sopló y sopló y derrumbo la casa de paja.



 El cerdito pequeño temblando de miedo corrió lo más rápido que pudo y se metio en la casa de madera de su hermano pensando que allí estaba a salvo junto a su hermano, al momento se acerco el lobo y toco a la puerta. – ¡Abrir la puerta, abrir la puerta! – No, no, no, no te vamos a abrir. – Pues si no me abrís… ¡Soplaré y soplaré y la casita derribaré! La madera crujió, y poco a poco se fue cayendo toda la casa.


Los dos cerditos temblando de miedo corrieron rapidamente a refugiarse en la casa de ladrillo de su hermano mayor.Al momento escucharon al lobo muy enfadado – ¡abrirdme la puerta, abridme la puerta! – No te vamos abrir, constestaron los tres cerditos. – Pues si no me abrís… ¡Soplaré y soplaré y la casita derribaré! y el lobo muy enfadado soplo y soplo pero la casa ni se movia, la casa era muy fuerte y resistente, el lobo seguia soplando hasta que se quedo casi sin aire.



Aunque el lobo estaba muy cansado no desistio y busco una escalera para subirse al tejado y poder entrar por la chimenea. El lobo de deslizo por el hueco de la chimenea sin saber que los tres cerditos habian puesto un caldero de agua hirviendo, el lobo cayo en el caldero y aullo – ¡me quemo, me quemo! el lobo salto y se fue corriendo, y los cerditos no lo volvieron aver. El cerdito perezoso y el glotón aprendieron una buena lección que solo con el trabajo se consiguen las cosas.


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